Árbol de tiempo
Éste es mi cuarto poemario. En él el tópico central -al igual que en los otros poemarios, en realidad- es el amor; sin embargo, también contiene una sección de tributos a grandes obras literarias y escritores de la literatura universal.
Anhelo ser un árbol
que con raíces fuertes y seguras
se aferre con certeza
a las hermosas tierras que natura
le dio como su hogar.
Añoro ser el árbol
que se posa ante el viento firmemente
y forjan su soporte
cortezas y ramajes resistentes
ante la adversidad.
Quisiera ser el árbol
que habiéndose erigido por completo,
sus ramas y hendiduras.
refugio y regocijo proporcionen
y den seguridad
a todas las creaturas
que en él encuentren vida,
guarida y alimento
y quiéranlo habitar.
Pretendo ser el árbol
que cuerpos de elegantes jacarandas.
abrace tiernamente en primavera
con toda mi fragancia,
y hacer que con mi sábila florezcan
retoños en sus ramas alargadas.
El árbol puedo ser que en el verano
disfrute del calor
y cuyos frutos maduros bien refresquen
a ninfas que sedientas
estén de su sabor.
El árbol del otoño puedo ser
y dar mis hojas secas
al suelo que las guarda
y en torbellinos luego las avienta
para que el equilibrio en esta tierra
por siempre permanezca
y vuelva a través de ellas mi semilla
en otro prado luego a renacer.
Seré también el árbol del invierno
que deshojado, tieso, seco y muerto
adquiera por cobija
los copos blancos suaves que la nieve
me dé cual noble niña;
así como las nietas a los viejos
se acercan para ver el estropicio;
así quiero me cubra con caricias
el cierre del preciado eterno ciclo
y puedas ver entonces que los cedros
resisten firmes en cualquier momento
la intolerable ciencia de ser árbol
pero también soportan con bravura
la inmensa soledad que tiene el tiempo.